miércoles, 27 de febrero de 2013

Con un abrazo en el bolsillo...





Dicen que uno de los rasgos que me caracterizan es el dibujo de una eterna sonrisa en mi rostro. No sé si será verdad o no, sin embargo, a veces esa sonrisa, hasta a los eternos sonrientes, se nos borra. Unas veces porque no nos encontramos bien, otras por lo que vemos a nuestros alrededor.




     Ayer fue uno de esos días en los que mi sonrisa se borró. En un momento me olvidé de todo lo demás, de los problemas que pudiera tener yo para centrarme en esa imagen. Paso a contar....

     Estaba en el mercado, como en más de una ocasión he dicho además de teclear y teclear hago muchas más cosas 
 ¡más que deberé hacer a no ser que me paguen por esto!

 al llegar al puesto en el que iba a comprar, la carnicería, ocurrió todo.

    Pido la vez y la chica que estaba delante de mí me dice que ella es la última, y ahí....justo ahí comenzó todo. Me fijo detenidamente en la chica y llego a la conclusión que seguramente yo le sacaba unos años, y sí, yo no represento mi edad pero aquella pobre tampoco la suya, para su desgracia. Sigo mirándola, no podía dejar de hacerlo.
Por cierto, seguía sonriendo por fuera pero ya por dentro no.

y vi claramente que era una de esas muchas personas víctimas de la situación actual. Su ropa pasada de moda y un par de tallas más de las suyas, su pelo victima de la falta de un buen lavado, su olor.... y entonces vi a su pequeña compañera. Una niña de la edad de mi hijo y el alma se me vino a los pies.

   Cuando mi piojo lleva la cara sucia es de chocolate. Cuando tiene la ropa sucia es de chocolate. Huele a colonia de bebé. Su carro está impoluto y si lleva manchas son de chocolate. Sus juguetes...uffff...podría seguir y seguir. La pequeña me sonreía y enseguida se puso a hablar conmigo y al ver llegar a otra pequeña rubísima e impolutísima a ella se acercó pero la abuela de la pequeña la alejó.

    El corazón se me encogió. Me dolió la situación y entonces llega el turno de la madre, pide la carne y saca unas pocas monedas del bolsillo y dice...

para lo que me dé

y mi corazón se vuelve a encoger. No me sobra el dinero pero mis instintos me decían 

págale la carne pero pensé y si su orgullo le impide aceptar

 no es la primera vez que me pasa y las palabras se agolparon en mi boca sin poder ser vocalizadas. La chica me sonrió al marcharse por haber estado con su peque y la niña me dijo adiós con su manita mientras yo me aguantaba unas terribles ganas de llorar por la impotencia.

   Medio me había recuperado subo al transporte público. Justo sentadas detrás de mí una señora mayor y una chica con los ojos hinchados de tanto llorar. Pronto comienzo a escuchar la conversación, sin querer ser participe de ello, enterándome del motivo de aquellos párpados hinchados 

yo me había hecho muchas ilusiones....lo quiero con toda mi alma...pero todos los médicos me dicen lo mismo...y lo voy a hacer...lo voy a hacer...tengo que abortar...no podría soportar verlo morir nada más nacer...

   Uffff...pienso que no debería haber salido. Otra vez el corazón en un puño, las lágrimas apuntito de salir al seguir escuchando a aquella pobre chica que no paraba de llorar intentando encontrar la comprensión de su madre. Y entonces pensé en girarme y abrazarla pero me estaría entrometiendo en su privacidad. Quería decirle que era muy valiente. Es muy duro tener que tomar esa decisión pero era suya y, solo suya, en cualquier caso también del padre, pero la última palabra era la suya. Pero no pude girarme. Ella se bajó y el abrazo se quedó en el bolsillo...

Elva Marmed



8 comentarios:

  1. Hoy mi comentario es ... sin palabras...... no puedo decir nada......pro así es la vida....cada unos con sus historias, sus problemas, sus inquietudes, sus dramas......

    Un abrazo

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    1. Sin palabras me quedé yo ayer...sin saber qué decir...supongo que no debemos meternos en la piel de todos los que nos rodean o mal vamos...
      un abrazo

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  2. La situación de hoy en día es terrible. La crisis puede con todos, esperemos que algún día y no tardando mucho podamos salir de ella; la vida te pone muchos baches, demasiados. Yo también intento tener siempre una sonrisa en la cara sobre todo con aquellas personas que están a mi alrededor y que quiero y lo están pasando mal, aunque después, cuando me acueste, se me hinchen los ojos también.

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    1. Esperemos que así sea porque esto ya es insostenible.Somos del mismo club!!
      un abrazo

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  3. Al leer tu entrada, mi corazón se ha encogido. Entiendo tu malestar. Sólo puedo decirte, que si tu corazón te dice que le pagues la carne, o que le des un abrazo, que lo hagas.

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    1. Ya no volveré a controlarme, eso lo he aprendido, si se ofenden siempre hay tiempo de retroceder pero no quedarte con esa sensación en el cuerpo.
      Un abrazo

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  4. Si todos nos ayudásemos...y si estuviésemos acostumbrados a ello... pensarlo un momento... estas situaciones no existirían... el dinero perdería su valor...
    Me ha encantado pasar por aquí. Te dejo un fuerte abrazo y muchas gracias por venir a mi blog.

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    1. Hola, Tony

      Toda la razón delmundo. Me alegro que te hayas pasado. Nos leemos.
      un abrazo

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¡¡¡El Comando piojo te da las gracias por tus comentarios!!!