miércoles, 31 de agosto de 2011

Caquitas.-

       Podría ser tildada de escatológica nada más leer el título, pero escribiendo mis aventuras y desventuras con un bebé,¿cómo no hablar de caquitas?


  
       Mi piojillo tiene un claro horario para realizar sus defecaciones, ese no es otro que después de cualquier comida de sus papis, siempre te deja el "postre" de cosecha propia. Así que tras el desayuno, entre el postre y el café o antes de repantigarnos en el sofá nos toca tomar oxígeno, por el momento no nos hemos comprado mascarillas antigases tóxicos, tener mucha calma y muchas toallitas porque la ocasión lo necesita. Si estamos los dos en casa lo hacemos entre los dos porque el piojo parece más una pulga saltarina ,se mueve sin parar para ponértelo aún más difícil. Eso sí, en las vacaciones he podido comprobar que la yaya puede ella sola, o es la maña o tiene superpoderes, ¿ambas cosas?


   Bien, esa es la situación normal, pero es obvio que no siempre hay cuatro brazos para solventar la situación como por ejemplo la semana pasada.


    Me encontraba fregando las tazas del desayuno cuando el piojillo se acercaba a la cocina llorando desconsoladamente, colocándose entre mis piernas y el fregadero estirando sus brazos para que lo cogiese. Termino de fregar y tras decirle que mientras llorara no lo iba a coger ( norma de la casa, el llanto no sirve para conseguir algún fin, no quiero un niño perretoso que llore para conseguir lo que quiera) empiezo a percibir un cierto tufillo que salía de sus pañales, puaafff.... por el suelo de la cocina hay un rastro que me indica su recorrido, cual Pulgarcito.


     Lo cojo y tras coger todos los útiles necesarios para proceder al cambio de pañal lo deposito sobre el sofá y compruebo que lleva pringue en las piernas, barriga, manos, acto seguido miro mi vestido recién cogidito de la percha, lavadito y planchadito, descubriendo que lo llevaba completamente manchado de las caquitas de mi piojo. Así dice el refrán quien se acuesta con niños....

domingo, 28 de agosto de 2011

En Otoño!!!

   
        Llega el otoño a nuestras vidas. No lo digo por el descenso de las temperaturas porque en Valencia seguimos pasando un calor de narices o , al menos, para una canaria como yo este calor es insufrible, sobre todo por las noches. Bueno, pero éste no es el tema. 



      Tampoco hablo de la luz del sol, de como los días empiezan a hacerse más pequeños. No, no hablo de ninguna de los indicadores naturales de la marcha y llegada de una nueva estación.


      Hablo del bombardeo televisivo de colecciones de lo más variopintas, desde coches antiguos a abánicos, etc. Sin envidiarle nada a los cursitos, por supuesto, inglés, a estas alturas las facultades de filología no deben ser necesarias porque todos los españoles deben haber hecho algún curso de inglés por fascículos !!! Inglés en 1000 palabras y mi padre me pagó una licenciatura!!!!! Con lo baratito que le hubiese salido comprarme un cursito!!!

   Pero, aún los de inglés, alemán y demás idiomas tienen su aquel pero ¿qué me dicen del cursito de ganchillo? ¿Quedará mona una fundita para el Iphone en ganchillo? ¿Acaso no está de moda lo retro?


   Sí, nos llega el otoño, comienzan las matrículas en los gimnasios, luego los abandonaremos hasta después de Navidad.

   En breve el otoño se plantará en nuestras vidas, comenzarán las dudas a la hora de vestirnos, ¿sandalias...medias? Eso sí, no nos olvidemos que el otoño, como siempre, llegará antes a unos grandes almacenes.

Prohibido Niños!!!



       La verdad, para ser sincera, al escuchar la noticia por primera vez me indigné. Mi comentario exacto fue  "¿Ahora que los bares están libres de humo no puedo llevar a mi piojo?". Sin embargo, tras meditarlo he ido cambiando de opinión. He ido recordando situaciones del pasado en las que se encontraban "niños". 


    Situaciones en las que yo misma hubiese puesto a los niños de patitas en la calle o, mejor aún, a los padres de los niños.


   Recuerdo unas vacaciones en un hotelito de 4 estrellas, en el cual era imposible estar relajada en la piscina porque te salían niños por todas partes, jugando a la pelota en el agua, tirándose como locos a la piscina, y no sólo los padres no reprobaban su conducta sino que participaban en sus juegos!!!


    Jajajaja, me río porque estoy recordando que mi marido me comentó " A éstos los mandaba de vuelta a Alemania y les retiraba el pasaporte",jajajaja. Los niños son niños, somos los padres los que tenemos que educar. Una cosa es jugar en una piscina y otra molestar al resto de usuarios, ¿o no?


    Otra situación que me viene a la mente sucedió hace dos Navidades, la noche de Reyes salimos a cenar y hubo un momento en el que pensamos que los camareros terminarían por los suelos porque había un  grupo de niños correteando y gritando por el restaurante mientras sus papis disfrutaban del café.


    Lo dicho,la culpa no es de los niños sino de los padres descerebrados que no saben educarlos y luego pagamos justos por pecadores.

    Por lo tanto, tras recordar estas simples anécdotas entiendo que ciertos locales cuelguen en la entrada el cartelito de " Derecho de Admisión".


    Eso sí, espero que ciertas compañías aéreas copien la idea como he creído oír por ahí.