miércoles, 28 de septiembre de 2011

Miedo a las Tijeras.-

   El viernes pasado pasé la mañana en la pelu. Odio ir a la pelu. Tienes hora concertada pero  misterios de los misterios siempre te toca esperar. Esperar y escuchar las conversaciones del resto de las allí presentes.



   El viernes se cruzaron varias conversaciones. Por un lado, unas que hablaban de el episodio de El Barco. Una le decía a la otra como no había podido soportar la emoción y había terminado llorando como una Magdalena. No sé el motivo pero eso fue lo que dijo. Otra que alababa el cuerpo del Casas, diciendo que eso era lo que le gustaba del barco. Me quedo mirando a la señora y veo que podría ser la abuela del Casas.

Y pensé "Ostras, Elva, ahora te gusta el Clooney igual cuando llegues a la edad de esta señora te gustan los que están ahora en la guarde, puaffff".

     Frente a mí le sonaba el teléfono a otra señora que llevaba el pelo cubierto por tiritas de papel de aluminio,una pija mechada que contestó así "Hola, Pitu, cuanto tiempo, justo ayer le comentaba a Lili que ya no coincidimos en el gimnasio".

    "Uff,mejor me concentro en la lectura"pensé. Al rato,largo, empezaron conmigo. Me dieron el tono chocolate y me dejaron allí escuchando sin querer las conversaciones. Mi duda es si todo el mundo se conoce en las peluquerías o si hablas con todo el mundo. No sé. Debo ser muy rarita porque no tengo por costumbre ponerme de charla con gente a la que no conozco.

   Por fin, me dijeron que pasara al lavadero de cabezas. El mejor momento porque el sillón es masajeador y mientras te lavan la cabeza recibes un masajito por la espalda. Uhmmmm....esto compensa la espera...

  "¿Te pongo mascarilla?" me pregunta la peluquera. Le respondo afirmativamente, je, así estaré un ratito más en el sillón,jejeje.

    Cambio de asiento. Tengo la impresión de estar jugando a la sillita. Éste ya es el tercer asiento por el que paso.

    "¿Qué te quieres hacer?"

   "Quiero un corte de pelo con el que no tenga que gastar espumas, que no parezca la Bruja Avería por las mañanas, quiero un corte de pelo a lo garçon"

   La peluquera me mira con cara de loca. Mejor dicho como si la loca fuera yo. " No es la primera vez que llevo el pelo cortito cortito, se lo que me digo".
La peluquera me mira con cara de aceptar y entender lo que le pido. Empieza a cortar. Constata que aún llevando el pelo cortito tengo mucho pelo y empieza su monólogo " Ya verás lo cómoda que vas a estar, te vas a arreglar el pelo en un momentín, hombre, algo de espuma vas a gastar para arreglar los pelos por detrás pero te levantarás con los pelos perfectos, te voy a cortar más de aquí, el flequillo largo a un lado, bueno... aquí mejor gastas secador o la plancha, por aquí ponte espuma o algo....efecto humedo.....bla ...bla...bla...." No paró de hablar en todo el rato. Termina y dice "¡Qué bien te queda el pelo chiquito! Ya verás lo rápido que terminas en arreglarte"

Eso me lo dice tras ponerme media botella de espuma y secarme el flequillo con el secador. ¿Dónde está mi corte de pelo a lo garçón?pienso. Sin embargo, soy incapaz de decirle nada. No sé cuál es el motivo por el que me quedo callada ante ella.

Guapa, por supuesto, la que es guapa es guapa, jejeje (¡viva la modestia!) pero no es lo que yo quería. No se ha atrevido a meter más tijeras. Ahora me pregunto ¿tienen los cirujanos miedo al bisturí?
En breve volveré a la peluquería.¡ Foto en mano y tijera en ristre!

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