Martes. Una de la tarde. Regresando a casa para comer y volver al cole por la tarde.Subimos por la avenida rumbo a casa y de pronto mi hijo se acuerda de un amigo.
_Mamá, ¿y Héctor?
_Héctor no, cariño, Víctor.
_No mamá, Héctor.
_A ver, Eric, ¿hablas del Héctor el papá de Alejandro?
_No, mamá de Héctor el pequeño._Conclusión mi hijo habla de Víctor pero él se ha empeñado en llamarlo siempre Héctor.
_Pues, está en el cole.
_Pero, mamá, tiene que ir a comer.
_Cariño, él come en el cole porque su mamá está trabajando.
_Mamá, ¿está trabajando todo el día? ¿Y cuándo está con Héctor?_ Ejem, curioso un niño de tres años entiende de conciliación, a su manera, cosa que los gobernantes no mucho.
_Por la noche.
_¿Y dónde come Héctor?
_En el cole, ¿tú quieres comer en el cole?
_No, mamá, ¡yo quiero comer contigo!_ grita poniendo morritos y seguimos rumbo a casa mientras veo a mi piojo pensativo.
Besitos Avainillados
Este niños se da cuenta de todo. Yo es que aún no me he estrenado como madre pero ¿son todos así de observadores?
ResponderEliminarJa ja ja, yo te puedo hablar por mi hijo, sobrinos y niños de mi alrededor y te digo que sí, ja ja ja, que cada día son más "enterados". Pensamos que no se quedan con algunas cosas pero no, ¡son listos y observadores!
ResponderEliminarbesitos avainillados