lunes, 7 de noviembre de 2011

Invasión Vikinga.





     Eran las seis de la mañana.Una ligera brisa de aire fresco se colaba por la persiana.Nos acurrucamos en la cama debajo del nórdico.¡Qué a gusto se está en la cama con el fresquito! " Aún nos  quedan un par de horas de descanso" pensé. Y volví a cerrar los ojos mecida por el sonido de la lluvia.
    De pronto el ruido de la lluvia es interrumpido por un  Mamááááááááá....papáááááááá.El piojo reclamaba cruzar la frontera. Voy a por él,lo dejo en la cama entre el padre y yo.Los vikingos una vez más nos han invadido desde bien temprano.
    La tribu germana empieza a reclamar su parte de territorio desde los pies de la cama.No le permitimos subir pero el jefe vikingo intenta aliarse con su homónimo germano para echar a los primeros moradores de la cama.
   El jefe vikingo, alias el piojo, empieza a reclamar su biberón así que el papi se lo prepara mientras ponemos dibujos a ver si se relaja y duerme un ratito más.Nada de relajarse nada de nada. Tiene las pilas bien recargadas.
 Una patada por aquí,otra patada por allá. Ahora voy a los pies de la cama y me alío con Gabo. Cambio canales. Brinco,trepo por encima de los papis.Gabo se sube a la cama. Lo acarició mientras papá y mamá se van mosqueando más y más.Gabo corre por la habitación y yo intento ir detrás pero mamá me coge por la pierna y me coloca a su lado.
 Imposible.Misión imposible luchar contra estos dos e intentar descansar un par de horas más. Así que el papi coge a Gabo y se van los dos al salón. Los separamos. Separamos a los invasores para poder acorralarlos y ganar la batalla.
 Ja...ja...ja.Ilusos de nosotros.Pensábamos poder ganar la batalla cuando ellos hace tiempo ya se convirtieron en vencedores de la guerra entre adultos y cachorros. 
 A las ocho ya estaba aburrida de hacer zapping en los canales de dibujos. Cansada de estar en la cama intentando descansar un rato. Así que a las ocho invadimos el salón. Los Piojos saltaban en la alfombra como si hiciese meses que no se veían mientras yo encendía la cafetera para preparar la dosis de ristretto que en vena nos teníamos que inyectar.

4 comentarios:

  1. jajaja Muy bueno!
    Por qué será que lo primero que hago, después de darle un bibe y dejarlo en la hamaquita, es prepararme un café nespresso, también? XDD Será que sin la inyección de cafeína no podríamos ser super mamis para combatir la invasión ;)
    Un saludo

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  2. Jajajaja,igual los de Nespresso deben cambiar su imagen pública o poner a George Clooney de padre desesperado,jajajajaja

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  3. Jajajaja! Me encanta como lo has relatado!

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  4. Nos esperan aún años de mañanas enteras con invasión vikinga. Se van a tapar de dinero los del café!!

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¡¡¡El Comando piojo te da las gracias por tus comentarios!!!