Hace unos días les hablaba de una visita nocturna que habíamos tenido en casa, la visita de la bruja de los chupetes. Una bruja traviesa que enreda por las casas con bebés y se llevan los chupetes sin permiso. Roba los chupetes por la noche y los devuelve por la mañana. Dejándolos a la vista, como burlándose de los pobres papás que los buscaban como locos la noche anterior, la noche de su visita sorpresa.
Hoy vengo a contar que la bruja traviesa ya no pasará más por casa, a no ser que en un futuro nos planteemos tener otro piojo. Anoche mi querido y adorado piojo, hizo algo que ya había hecho con anterioridad. Compartir su chupete con su colega canino.
Era el único chupete que nos quedaba en casa, porque entre la última visita de la bruja roba chupetes y ayer ya le había dado un par de chupetes a Gabo. Tras quitarle el chupete a Gabo, el piojo empezó a reclamarlo. Se lo enseñé y le dije ¿quién se lo ha dado a Gabo?
Me miró con cara de no haber roto nunca un plato, sino toda una vajilla, y pasando de mi pregunta respondió¡ está roto! Y es que el chupete estaba mordido,lógico y natural si se lo das a un cachorro de 8 meses. Y siguió ¡qué asco!
Así que él mismo sin decir nada más decidió dormir sin chupete.Hoy el papá piojo y yo hemos decidido aprovechar esta oportunidad. ¡No más chupetes!
Comenzamos la operación chupete. Probablemente, en algún momento lo volverá a reclamar y entonces le sacaremos el chupete mordisqueado!!!
¿Cómo comenzó la operación "adiós, chupete" en tu casa?
Mucha suerte!!!
ResponderEliminarGracias,guapa!
EliminarElva, que buen ayudante tienes en Gabo, jeje.
ResponderEliminarNosotros no tuvimos la experiencia del chupete.
Espero que Piojillo tenga muy buenos resultados... y cuando se sienta flaquear seguro su compañero del Comando le podrá ayudar, jiji.
Exito!
Ja ja ja,más nos vale!!!
EliminarLo curioso es que el piojo pasaba del chupete de bebé y desde hace unos meses se ha convertido en una especie de droga!!!
Así que no lo hemos visto más clara esta oportunidad brindada por Gabeto!!!
Besitos
Espero que os vaya bien en este nuevo avance de vuestro peque.
ResponderEliminarNosotros tampoco tuvimos chupete, así es que pocas ideas puedo darte.
Saludos
Espero que no nos traiga muchos quebraderos de cabeza!!!
EliminarYa iré contando!!!
Besitos
¡Suerte con eso! Aca mi hija mordió sus chupetes de repuesto, su favorito no está roto y es el único que acepta. Veamos cuánto le dura.
ResponderEliminarQué mayor ya... si ya lo ibas tú comentando! Seguro que avanzáis en el camino! Nosotros tampoco tuvimos chupete, así que lamento no aportarte nada nuevo. Pero bueno, imagino que paciencia y diálogo serán buenos aliados.
ResponderEliminarBesitos y feliz semana!
Pues justo hoy enlazaba tu misma entrada en mi blog para presentar mi chupetero, que casualidad! Y la verdad que me dan ganas de quitar los chupetes de enmedio a mi también. Mi niña y mi gordito, creo que podrían vivir sin él, pero mi flaquito llora si no se lo pongo para dormir. Y claro si se lo dejo sólo a uno los otros dos lo pedirán si se lo ven, de quitarlo tiene que ser a todos a la vez, así que no sé ni cuando ni como será... Por el día por lo menos no lo usan, que ya es algo.
ResponderEliminarA lo mejor, y en caso de ser necesario, igual te pido a Gabo prestado mas adelante jaajajaja
ResponderEliminarUn besote!
Pues mi hija amaba su chupete pero si no lo veía, ni se acordaba de él. así que simplemente hundía los recogí y los guarde. Claro que el otro día encontró uno en mi escondite y ni te imaginas la cara de felicidad!!! Un abrazo!
ResponderEliminarJajaja! Os ha hecho un favor el perro ;-)
ResponderEliminarEn nuestro caso empezó de sopetón de un día para otro y con los 2 recién cumplidos. Mi hijo siempre había usado chupete para dormir, nunca de día, pero tenía mucha dependencia por su chupete y lo necesitaba para quedarse dormidito. Sin embargo yo he sido un poco brusca porque sin darle ni media explicación (ni Brujas, ni Reyes Magos que cambian chupetes por regalos, ni hacer cortes a la tetina...) le quité un chupete una noche y hasta hoy. Esa noche lo pidió como una decena de veces antes de quedarse dormido de puro agotamiento, pero en ningún momento lloró. La segunda noche ni se acordó.
Los niños nos sorprenden cada día