Tras un largo fin de semana fuera de casa.Ayer regresamos a casa. El viaje de vuelta fue más corto que el de ida, el tiempo acompañaba. No llovía y el viento no soplaba como el sábado por la mañana. Lo peculiar del viaje de ayer fue el intercambio de comportamiento entre los piojos.
Al piojo canino no le gusta mucho lo de viajar en coche, por mucho, que el destino sea un maravilloso sitio en el que correr suelto y a sus anchas.Así que de normal parte del viaje lo ameniza con sus lamentos.Por el contrario, al piojo humano le mola ir en coche, a ratos cotillea por la ventanilla y a otros va viendo dibujillos.Sin olvidarnos de las cabezaditas que da!!! Y es que hoy por hoy tenemos suerte los papis y a los peques un viaje se le puede hacer más llevadero viendo películas, dibujos. Atrás quedaron los "papá, falta mucho????" de nuestra generación.
Ayer esto no fue así. Los piojos se intercambiaron sus formas de actuar.Gabo iba la mar de contento en el coche. Después de un fin de semana durmiendo en el jardín, sin poder entrar en casa, y no poder disfrutar de su colega, estaba la mar de contento y de calentito dentro del coche.El pobre ni se creía el estar con su familia.
¡Ojo!,no ha estado solo en el jardín pero no podía entrar en la casa. Y él no es un perro de jardín y no se acostumbra a ello, ni quiero que lo haga porque aunque me mudase a una casa con jardín, él estaría en casa a no ser que prefiriese lo contrario.
Sin embargo, Eric vino casi todo el trayecto, dos horas y media de camino con parada para que merendase,quejándose y cada cinco minutos soltaba un mamááááááá en tono lloroso. Estaba vez ni El oso de la casa azul, ni Pocoyó, ni el ir viendo los camiones pasar le quitaron sus penas. Pero, llegamos a casa sin necesidad de tener que pasarme al asiento de atrás. Entre cánticos y demás "mira un camión...mira los pájaros....mira...." llegamos a nuestro destino.
El colega canino comenzó a recobrar vida cuando cruzábamos el puente que nos trae a casa, de pronto,tuvo que llegarle el olor de su ciudad, de su casa y empezó a soltar unos ruiditos de angustia bañada de alegría.
Al bajarnos del coche y entrar caminando a la plaza del Auditorio y ver los columpios, las casas, nuestro portal se escuchó un CASAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!! y sentí que unos deditos se soltaban de mi mano para correr hacia nuestro portal.
Sí señor, hogar dulce hogar, ellos lo reconocen como tal desde muy pequeñitos. Me alegra que ya estén de vuelta ;)
ResponderEliminarBesos
Que alegria que llegaron bien y disfrutaron de los días libres y las ricas vacaciones y coincido contigo y definitivamente "Home sweet home" yo también estoy en casita después de una Conferencia en Miami y mi Familia aprovecho vacacionar en esa ciudad!
ResponderEliminarFELIZ SEMANA!
http://mamiholisticaygenial.blogspot.com/
Que alegría la de los dos amigos al llegar a su casa.
ResponderEliminarRecuerdo que mi madre decía que aunque estuvieses en un sitio estupendo nunca se está ta a gusto como en casa... ¿sería eso lo que pensaron los dos compañeritos al ver el portal?
Bienvenida.
Buenísimo sentir que tu pequeño reconoce ese lugar por el que tanto nos esforzamos para que sea un hogar :)
ResponderEliminarYo aún no me ido de viaje(salgo el viernes) y ya temo la vuelta, porque la ida es en avión y ya hemos viajado otras veces y genial pero la vuelta va a ser muuuuy larga, tres horas e carretera luego una hora de barco y 10 horas de carretera de nuevo , miedo me da...no se como lo llevará mi peque.
ResponderEliminarMe alegro de que lo hayáis pasado bien.
ResponderEliminarA mi nena tampoco le gusta nada ir en coche.
Un abrazo