martes, 24 de mayo de 2011

Día de la Madre

  (En realidad, esta entrada está presente en mi otro blog, pero es precisamente éste el que voy a dedicar a mi faceta de madre, por ello lo plasmo por aquí)




En las pelis, especifiquemos, en las pelis norteamericanas, cuando llega el día de la madre, los nenes y los papis se vuelcan en la madre de manera asombrosa.
Todos los mimos son para ella, desayuno en la cama, en una maravillosa bandeja de madera en la que no falta un zumo de naranja recién expremido, en una copa de champán, bueno, cava que estamos en España, tostadas recién hechas, mermelada y un humeante café con leche.
Y por supuesto, no menos importante es la rosa recién cortada en una mini jarrita de cristal, quizás de bohemia, murano o a saber si no es del chino de la esquina. ¿O no hay chinos en el maravilloso mundo holliwodiense?
Bien,llega el día de la madre, mi primer día de la madre como tal…
8 am y mi niño se levanta con ganas de juerga, mamamamamamamama, escucho desde mi habitación. Me levanto y el bicho está saltando en su cuna pidiendo marcha marcha, así que lo cojo y me lo traigo a la cama. Empieza la fiesta del mueve mueve por aquí, cojo el mando y cambio canales como un loco, que aún no tengo el año pero sé que he de enfocarlo hacia la tele. Ahora un tirón de pelos, un
pellizco en el brazo, babitas por la cara de mami.
Uy, llega paapapapapapapapapapa, quizás, traiga él la maravillosa bandeja de madera, va a ser que no que no tenemos, bueno,bueno, pero trae un superbibe de cereales para que el piojillo siga recargando energías.
Tras desayunar e intentar leer el periódico, je, desde que hay un niño, la lectura del periódico es interminable, un día entero para leerlo, je como para haber tenido un diploma durante la carrera, je,¿cuánto hubiese tardado en leer Tristam Shandy?,toca hacer la comida,ja ja ja ja…
Debe ser como probarte a ti misma la paciencia que tienes, estás cocinando y tienes a un cachorrito, correteando a tu alrededor, intentando abrir y cerrar muebles, cajones, que te mira retándote …
¿Cómo es posible que un ser tan pequeño tenga ya tan malas ideas?
Intentas rellenar esa pasta, que intentas hacer para comer y notas unas manos que se sujetan a tu falda y empieza mamamamamamamamamama mientras mueve el culillo.
Lo coges y pasas de la pasta, de la comida y del mundo que os rodea, subes el volumen de la música y bailas con él, haciendo piruetas mientras lo escuchas reirse sin parar y es entonces cuando empiezas a reirte tú y te olvidas de las almohadas mullidas de Zara Home, de los zumos de naranja, de las bandejas de madera porque tienes lo mejor su risa, sus babas sobre tus mejillas y su mamamamamamamama…

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