jueves, 7 de marzo de 2013

Conversaciones con el Piojo





    Una de las eternas luchas de mi madre, lo que es lo mismo, abuela piojo, conmigo ha sido siempre el andar descalza por casa. Me encantan los zapatos. Adoro los zapatos. Amo los zapatos. Me llama más un escaparate de zapatos que uno de ropa. Siempre ha sido mi debilidad. Sin embargo, todo lo que me gustan los zapatos, sean de tacón o cómodas y veraniegas sandalias planas, no me gustan las zapatillas de andar por casa. Prefiero ir descalza, ni zapatillas ni calcetines, sentir el contacto del suelo en los pies es algo que siempre me ha gustado.

    Pero, como soy una persona coherente. Siempre he pensado que el mejor ejemplo es el gráfico, los niños nos imitan. Si nos ven leer, ellos cogen un libro, si nos ven limpiar quieren barrer con nosotros, así que siendo conocedora de lo esponjas, que son los peques, y su adoración por imitar a los adultos que los rodean, ésta que les escribe comenzó a usar zapatillas al convertirse en mamá piojo pero los genes son los genes.....y para muestra esta conversación.

     Diez de la mañana. Estoy en la habitación del piojo recogiendo su cama. El piojo entra corriendo en la habitación...

_¡mamá...estás aquí!_ exlama con alegría como si hiciera más de un minuto que no supiera de mí.

_Sí...estoy aquí_contesto y me quedo mirando a sus pies descalzos, a sus regordetes deditos moviéndose sobre el frío el suelo.

_Piojo...¿dónde están tus calcetines? ¿por qué estás descalzo?_pregunté al tiempo que esperaba que me dijese que se los había quitado el oso. Sí, tenemos en casa un oso que te quita la ropa dejándote en bolas en un pis pas...

_mamá...se han ido vuelando vuelando..._contesta al tiempo que gesticula con las manos imitando el supuesto vuelo de los calcetines.

_¿volando?_

_sí, mamá vuelando con alas grandesssssssssssssss_ vuelve a imitar el vuelo de los calcetines mientras yo lo cojo para calzarle los fríos pies.

_pues como yo vea a esos calcetines voladores te los voy a pegar a los pies con pegamento_

 No había pasado media hora cuando el piojo volvía a estar descalzo y una vez más me contó la historia de los calcetines voladores. Y yo vuelvo a ponerles los calcetines, porque está claro que si yo llevo los pies calzados¡ él también! 

Al par de minutos el piojo vuelve a por mí.

_mamááááá...no está mi mando_me dice. Su supuesto mando es el Ipod de papá piojo, censurado y escondido porque más de una vez ha borrado programitas.Él lo quiere para ver clan, es alucinante verlo desplazar sus deditos buscandoa Peppa Pig o a Mike el caballero.

_tu mando no está...lo he visto salir volando...._le contesto siguiendo sus historias.

_no mamá...los mandos no vuelan...¡¡¡no tienen alas!!!_

   Y sin más, sale en busca de su mando moviendo la cabeza pensando que su madre está loca porque cree que los mandos tienen alas.

Besitos avainillados

2 comentarios:

  1. Jajaja.....son adorables cuando tienen la ingenuidad esa que les hace tan especiales....Un saludo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. LA verdad es que son increíbles, esa capacidad inventiba que tienen, a veces pienso que ellos mismos se la creen y la viven.
      besitos avainillados

      Eliminar

¡¡¡El Comando piojo te da las gracias por tus comentarios!!!