La aventura del embarazo...
Y de pronto tras tanto practicar y practicar te quedas embarazada. Aún no estás segura pero tus pechos te lo gritan a los cuatro vientos. Comienzas a dormirte hasta en el filo de un cuchillo y la nariz parece haberse convertido en la de un sabueso, porque todos los olores te llegan de manera exagerada. Vas a la farmacia y compras un predictor y sí las rayitas te confirman que en nueve meses un bebé llamará a la puerta. Bueno, metafóricamente hablando.