martes, 6 de septiembre de 2011

Con Tacones y a lo Loco.-

     SITUACIÓN , fin de semana del puente de la virgen. PLAN, pasar los últimos días de vacaciones a hacer turismo urbano o rural. ¿Madrid? ¿Andorra? ¿Palencia? ¿Teruel?


     Cada uno de esos lugares fueron barajados. Mi favorito, sin lugar a dudas, Madrid. Pasear por el Retiro, sentarme en la Plaza Mayor, disfrutar del Prado y mostrarle a Velázquez, Goya, El Greco y mi cuadro favorito, El Jardín de las Delicias, a mi peque .

     COMPAÑÍA, nuestro habitual grupo de amigos. Pero, como siempre pasa, cuesta ponerse de acuerdo. Así que terminamos planificando por nuestra cuenta estos días. Ganando Madrid entre el resto. Hablando con otro amigo, terminamos siendo cuatros más el peque. Sin embargo, surge un cambio en el lugar de alojamiento. En vez de quedarnos en un hotelito cerca de la Castellana nos alojamos en el chalet de un amigo en la Sierra de Guadalajara, a unos 80 kilómetros de Madrid. Sería nuestro punto neurálgico y de allí nos moveríamos por las cercanías, entre otros sitios a Madrid.

     MALETA, vaqueros, camisetas, chaqueta porque se esperaba lluvia, vestiditos de verano, cholas/chanclas/hawaianas/flipflop y taconitos. Nos quedaríamos en la sierra pero allí sólo disfrutaríamos de la piscina y de resto haríamos turismo urbano.

    Ja...ja...ja... Allí estaba yo, una pija de ciudad, que siempre ha considerado que el campo es para los pajaritos, con sus vestiditos de verano y tacones en medio del monte.

    PARAJE INCOMPARABLE  el del chalet, unas vistas impresionantes, pero decorado por los mismo decoradores del Cuéntame, eso sí, del principio de la serie.

    La cama para los PIN Y PON, a mí se me salían las piernas, así que ni imaginar al metro ochenta y tres de mi marido. El polvo y los muebles colegas de toda la vida. Así que tocó limpiar, pero hasta ahí todo bien. ¿PISCINA? Las ranas no querían habitar en ella, así que en tres días no daba tiempo de ponerla a punto.

    Lógicamente, bikini descartado, la chaqueta se quedó esperando el frío en el asiento trasero del coche, los vaqueros en la maleta, muy monos, quedan muy chulos, pero en invierno son fríos y en verano calor.Así que ahí estaba yo con vestidito y tacones paseando por los pueblos de la sierra.

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